trendy

¡Ya está en las calles! el N°39 de Atypica, una revista con tendencia a engordar. Como compartimos esa cualidad, me invitaron nuevamente a participar, lo cual hice muy alegremente.

Para ver la publicación en su formato online, click acá.

Reproduzco aquí la nota publicada, de paso les dejo deseos de prosperidad y amor para este ciclo que empieza.

Enjoy!

Hunter.
Frente a mi, un muro colosal de imágenes. Un caos de información. El mundo en el que vivimos. Cada uno tiene una idea de como es ese mundo y un sistema para clasificar la data. Una especie de aplicación que lentamente instalamos, desde la niñez, infancia y adolescencia. Esto es barato, esto es caro, esto es lujoso. Esto es ordinario, esto es nuevo, esto es cool. Esto es posible, esto es para mi, esto es para el futuro. Y así, computamos, creamos, formamos y esparcimos opinión. Lo que nos tiramos encima para habitar el mundo es político. Emite un mensaje, una manera de pensar, de ser, de actuar, de educar. Manifiesta. Representa. Habla de lo que podemos, queremos, y todos sus antónimos. Esto pasa para todos, inclusive para los que no les importa que ropa usan.
Las prendas de vestir, esos objetos que generalemente obtenemos a cambio de una suma de dinero, son herramientas para la expresión individual. Carecen de significado estático en sí mismas, pero es en la persona y dentro de su sistema que cobran el significado que los detectores de tendencias van a desglosar como quien saborea cien veces la misma galletita buscando el ingrediente oculto.
Si no fuera por el olor a ropa guardada.
Una tendencia que ya no es novedad pero está dando vueltas, es la herencia. O como lo dirían en los seminarios: «trazabilidad». Que enaltece el linaje, la historia, la cantidad de años que hace que, por ejemplo, la casa fue fundada, seguramente de forma modesta, por algún bisabuelo visionario.
Se manifiesta en ese objeto/prenda que compramos en una feria, o que le robamos a algún familiar del desván, un objeto que nos permite un relato anecdótico. Tiene una historia, y un resignificado, que le damos personalmente por cómo, con qué y para qué llevamos esa prenda.
Una tendencia, cualquiera sea, nos marca que tal o cual práctica está dentro de «lo bien». Probablemente no se sufre ninguna censura ni llamado de atención, por el contrario, es onda, es «in». ¿O acaso no es común recibir algun comentario (negativo, positivo,bien intencionado, malicioso etc) sobre nuestro «lookeo»? Si no creen que esto es tan así, experiementen. Tomar por ejemplo una accesorio inesperado y un grupo de 20 personas y contar cúantas hacen algun comentario al respecto. Nos encanta opinar.
Ni nos damos cuenta de lo pesado que puede ser andar todo el día teniendo que explicar porqué me puse tal cosa. Es como si tendríamos un sensor (sociedad, entorno) que nos va delimitando las opciones. Prestarle  demasiada atención o afectarse por los comentarios, claramente te arriesga a ser inducido al camino de la despersonalizacíon y el uniforme.
Te llamo para ver si salís en zapas o en tacos.
La opinión mas popular es que, por estos pagos, tendemos más al uniforme que a expresarnos con originalidad. «Todo el mundo se pone lo mismo» es una muy escuchada.  Los sociólogos de la moda dicen que somos tan obsesivos con la  «seguridad» que el uniforme es la manifestación de esa ilusión de control que nos deja tranquilos.
Pero es verdad, la tendencia de la mayoria es «uniformarse», aunque a todos nos cueste admitirlo.  «Vestirse bien» parece ser la premisa, donde toda originalidad queda afuera.
Asi que tendencia también se puede llamar a una serie de pautas que te indican como concretar esa imagen que te parece cool. Recuerdo una revista, te daban «20 tips para ser grunge» (allá por los 90’s) ¿todo estilo puede tener una receta?  ¿Acaso todo puede ser desglosado, cuantificado y normalizado sin necesidad de ningun rasgo de individualidad o sustancia en nuestra persona?
Esta especie de normalizacion de gusto que presuponen las «tendencias» reordenan nuestra escala de valores, dando valoración positiva a «lo que se usa» y por contraposición, valor negativo a esto que se le opone. A la vez, este otro extremo, seguramente es muy bien ponderado por otra comunidad, distinta probablentente en edad, ingresos, ideas y valores. Para resumirlo, hay una tendencia para cada uno, no hay verdades absolutas, solo depende al grupo al que te quieras afiliar.
Un ejemplo de que esto en verdad ocurre es la gran popularidad que cobraron las prendas y accesorios tradionalmente artesanales. Habrá un gran público que opine que es inutil pagar una barbaridad por un par de zapatos manufacturados con oficio y maestría, o por un traje a medida que lleva semanas en confeccionarse. Y otra porción de público opinará que ésta es la mejor manera de vestirse.
Un placard lleno de ropa y nada que ponerse.
La tecnología textil ha puesto en el mercado toda clase de articulos para solucionar el problemas de este presente,  de no tener tiempo para planchar una camisa de algodón o de hacernos creer que necesitamos 20 jeans diferentes para que nuestra vida sea más fácil. Un dictado dirá que lo mejor es lo nuevo, y otro dictado dirá que lo mejor era lo de antes.
Suena a bodrio pero ahí es donde entran los valores individuales, este catalogador interno para modelarnos. Los ideales tendencia, consumo y moda se agrupan rapidamente para escupirnos en la cara un montón de información que no siempre es útil, que cuesta mucha energía clasificar, pero que a la vez puede alguna ser  el signo de nuestro tiempo.
Hay tendencias sustanciosas a las que les llaman Macrotendecias, por ejemplo la utilización de textiles de origen organico, o la que revaloriza los materiales de descarte en productos de diseño. Otro ejemplo interesante desde el punto de vista de las macrotendencias es el desarollo del «diseño de autor» en nuestro pais. Con los años, el  mercado fue reconociendo esta idea  como un importante hábito de consumo. Este modelo fue posisiconadose como movilizador de la industria textil y es objeto de analisis y estudio. Esta clase de procesos  duran años, y realmente valen la pena monitorear.
Y hay otras tendencias, mucho mas populares y efimeras, que son las que a la mayoría le gusta conocer, las que salen en las revistas de moda y eventualmente nos uniforman. En un intento de no decepcionar a ningún lector, aquí van:
En el invierno que se avecina se usará el color camel, sobre todo en pantalones y abrigos,  las polleras largas, los vestidos estilo años 50,  las orejas de mickey mouse y las camperas con corderito. No necesariamente en ese orden ni todo al mismo tiempo. Para ellos, la onda «mod».
Si estas leyendo esto pasado marzo de 2011, leer el párrafo anterior fue una completa perdida de tiempo.

Don´t follow the trend, follow your heart.

 

 

 

4 Respuestas a “trendy

  1. muy bueno!
    saludos!

  2. me encantó dani!!genia como siempre!

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